Entretanto, fue sentenciado a tres años un manifestante violento que golpeó en la cara a un policía en Southport.

La Policía de Reino Unido anunció este miércoles que se estacionarán agentes de policía en puntos estratégicos de todo el país para que puedan «intervenir pronto y… con contundencia» en caso de que se produzcan brotes de violencia por parte de la extrema derecha xenófoba en los próximos días.

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En esos términos se pronunció el jefe ejecutivo del College of Policing, Andy Marsh, en nombre de las fuerzas policiales de Inglaterra y Gales, esbozó el plan en anticipación de nuevos desórdenes generalizados.

Se trata de más de 6.000 agentes formados en orden público que estarían de servicio el miércoles por la noche, con agentes de Londres y del sudeste enviados al noroeste y al noreste, donde se espera la mayor violencia. Según los servicios de inteligencia de la Policía, se prevén más de 100 protestas lideradas por la extrema derecha.

Marsh dijo que «Estamos asistiendo a una enorme movilización de agentes de policía, la mayor desde 2011, y esos agentes se están movilizando a puntos de retención estratégicos e intervendrán pronto e intervendrán con dureza allí donde se infrinja la ley».

A su vez, el jefe de la lucha antiterrorista británica, Matt Jukes, ha confirmado la implicación de su mando en la enorme respuesta policial a los desórdenes violentos de la última semana. Jukes prometió utilizar las leyes antiterroristas para procesar a las personas que lo ameriten.

Esto se produce después de que su predecesor en el cargo, Neil Basu, declarara que algunos de los peores actos de violencia habían cruzado la línea del terrorismo. Jukes confirmó por primera vez que detectives de la lucha antiterrorista participan en algunas de las investigaciones sobre la violencia: «La policía antiterrorista está evaluando activamente los incidentes para saber si debe aplicarse la legislación antiterrorista y emitiremos esos juicios sin miedo ni favoritismos».

Entretanto, una audiencia en el tribunal de Liverpool se dijo que un «sin precedentes» 93 agentes de policía de Merseyside habían sido heridos durante los disturbios en los últimos ocho días, con más lesiones que se evalúan diariamente.

En una declaración leída ante el tribunal, la jefa de la policía de Merseyside, Serena Kennedy, dijo que los agentes habían sufrido una serie de lesiones físicas -incluida una fractura de mandíbula y la pérdida de dientes-, mientras que algunos se han despertado por la noche con ataques de pánico.

La policía había expresado su «incredulidad» por el hecho de que ningún agente hubiera muerto en los disturbios, dijo Kennedy, aunque muchos temían «volver sanos y salvos a casa con sus familias».

Como colofón, Derek Drummond, de 58 años, se declaró culpable de desórdenes violentos y agresión a un trabajador de emergencias. Ha sido condenado a tres años de cárcel, la pena más larga impuesta hasta ahora por los disturbios de extrema derecha en Inglaterra e Irlanda del Norte.

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